El tiempo no es más feliz


Desde el momento en que rozó su piel él sintió que la amaría para siempre. El aroma que se desprendía de sus ojos era tan bello...tan extenso como el de su cabello, la manera en que tocó su brazo con su aliento...la amargura más dulce los sedujo; seguía esperando, y el silencio se agotaba entre gemidos ínfimos llenos de amor que hasta ese momento ninguno había expresado. Pasión. Todo menos tranquilidad, eso vendría después. Los segundos permanecieron intactos, no querían dejarlos ir, y en medio de tanto placer me convertí en Cupido. Aunque no llevaba flechas, me detuve y fue suficiente. Para ellos lo era; ya estaban tan rodeados, tan besados, tan amados, y la piel de los amantes parecía sonreírme y yo pensaba ¿Cómo puedo hacer tanto daño? ¿Cómo puedo destruir esto que parece indestructible? ¿Tan fuerte soy? ¿Por qué me tienen tanto miedo?

De vez en cuando él besaba sus ojos, ella lloraba y lo abrazaba, ahora se conocían, por fin eran ellos mismos, por fin no había mentiras; pero yo estaba ahí para terminar con todo. Me di cuenta de lo importante que es cada momento con alguien que amas, me di cuenta de lo mucho que les hacía perder..."Esta hecho, ahora eres mía" ¡Por Dios! la abrazaba con tanto fervor, parecía que moriría ahí, junto a ella, a su lado, y feliz. No evité mis propias lágrimas, sabía que lo que estaba haciendo era imperdonable, sin embargo para eso había venido al mundo. Ella respondía feliz: "y tu mío", y no pude soportar más. Salí de la habitación como lo que soy. Invisible. La tranquilidad había llegado. Ellos dormían resignados a perderme mientras yo estaba seco y solo alejándome como siempre lo hago, lastimando la mayoría de veces, sirvo para cosas buenas en pocas ocasiones, pero ahora entiendo más de ustedes; mi espíritu estará siempre que haya amor, y a pesar de que me aleje y parezca abandonarlos se quedarán con migo, para guardarlos en mi interior y volverlos hermosos recuerdos.