Ocio

En medio de tanta pereza, en medio de tanta bulla y sin razón,
el silencio de su alma la hacía soportar con tanta destreza,
para fragmentar su día en picadillo.
Aquel día nublado y de mucho viento
penetraba cada vez más en su mirada
y cuando fijaba su vista a la ventana
esas palmeras movidas por el viento de primavera
le llamaban la atención.
¿porqué no escapas?
¿la desconciencia esta tan lejos?
ella escuchaba, sin nada que aportar,
el cotidiano mundo la había acostumbrado
y sorda había quedado con tal desilusión.
Que más que perderse en su mundo atónito e irreal
le quedaba menos vida a cada segundo y
los malos hábitos hacían de ella una joven tan simple
como siempre creyó que lo fue.
Ella hipnotizada en el ozono de mentiras,
perdió oportunidades,
perdió amor,
y dejó que el alma se le quedara entre la gente
sin dejarle siquiera un poco a su mudo corazón.