Rastros

Que triste es ver que ni siquiera los rastros del ayer eran verdad. La memoria traicionera siempre me hace olvidar lo indebido, y me recuerda lo que quiero dejar atrás. Y no me deja.
Se pega a mi mente a diario, y no me deja. 

¿Por qué sufrimos tanto? ¿Por qué lloramos tan fuerte y tan hondo? Yo al menos he llegado a sentir que el dolor me traspasa el pecho, el corazón es solo una herida superficial, cuando te hieren el alma. Es en vano preguntarse cómo puedes hacer para olvidarte de eso que te lastima, cuando eso mismo te haría la persona más feliz del mundo, si quisiera. Pero los sueños despierta siempre los he tenido.

Es cuando ya no encuentras una explicación lógica por más que la busques, cuando ya no hay palabras o experiencias que te ayuden a entender que te sucede, que te das cuenta que es amor. 

Pero a nadie le importa, a nadie le importa que te enamoraste por primera vez. Y el invierno llegó. 

Definitivamente

Recuerdo todo lo que hizo desde que lo conoció. Estaba triste, estaba decepcionada de sí misma, estaba pensando cómo podía ser tan cobarde, tan tonta, tan …tan deprimente para la vida misma. Quería cambiar, y estaba en proceso, acababa de perder una oportunidad y no quería que volviera a pasar. Así que decidió que no ocultaría nunca más sus sentimientos, pero no sabía que la vida le estaba deparando el reto más difícil en el primer intento.
Cuando lo vio por primera vez pensó en todo menos en quererlo, pensó en trabajar junto a él, pensó en odiarlo, pensó todo realmente, menos en amarlo. Así que solo siguió el camino que le colocaron enfrente sin pensar, sin conocer, sin haber experimentado antes el engaño, y creyó. Y cuando creyó fue peor, o mejor, porque estaba alegre, tenía ganas de sonreír, de esas sonrisas de la que ella le hablaba, no las banales, ni las que se dan a las personas, si no las que se dan a la vida. Ella pensó que por primera vez su corazón se sentiría bien consigo y con el mundo, sin rencores, con mucha fortaleza, porque sabía que sería fácil, lo supo mientras lo conocía, y mientras más lo conocía más creyó en él. En el verdadero. Pero pronto notó que el mundo se le volvía difícil otra vez, que sus razones de seguir, que lo que creía no era cierto, ni siquiera él. Intentó seguir siendo honesta, hizo lo que nunca había hecho antes, le dijo sus sentimientos sin ocultarle nada. En ese momento estaba más preocupada por sus sentimientos que por los de él. Sí, en cierto modo fue egoísta, pero jamás había tenido tantas ganas de ser sincera como en ese momento.
Ella no sabía que sus sentimientos no eran importantes para él, solo tenía ganas de huir, se volvió inestable y empezó a luchar pero esta vez consigo misma, pensando si debía seguir o no, si valía la pena o no, si el corazón herido de un hombre podía curarse con su amor, porque ella quería curarlo, quería por lo menos tranquilizarlo. Así que siguió, y entre dudas conoció más de él, cada día era algo nuevo, a veces bueno y a veces malo, pero siempre lograba sonreír.
Los meses pasaron y ella perdió las fuerzas, nunca entendió que sentía por ella, pensó lo peor y lo más bueno, lo más triste y lo más esperanzador, pero no estaba segura de nada, y decidió alejarse. Jamás quiso odiarlo, jamás intentó nada contra él, solo quería evitar el dolor, solo quería paz. Pero ella no sabía la verdad.
Aun con esperanzas, la vida le dio la oportunidad de conocer lo que tanto tiempo le ocultaron. Y eso destrozó su corazón. Temblaba, no podía creerlo, no, no podía. Pero era real. Recordó todo y se dio cuenta de detalles que no había notado antes, se lamentaba, de lo tonta que había sido, pero no podía evitar nada. Entonces tomó una decisión. Se dio cuenta que no podría enfrentarlo, tenía miedo de llorar frente a él y no poder decir nada, tenía miedo y rabia; y decepción... sentía cosas que jamás imaginó. Así que decidió alejarse lo más que podía, hasta que su corazón se calmara lo suficiente para encontrar las palabras exactas que quería decir.

No importa si pasan meses, o años, algún día, le gustaría volverle a sonreír. 

Cicatrices

La luz del día es más clara últimamente, como si me estuviera mostrando el camino. Las voces que oigo ahora son diferentes, siento la calma y paz que necesitaba para poder pensar. Las ganas de salir huyendo se me están esfumando porque empiezo a entender que estoy sintiendo, pero aun tengo miedo de mí. Tengo miedo de no tener miedo, de ser alguien más por un momento y terminar siendo otra toda la vida. O tal vez tengo miedo de descubrir quien soy porque no sé como soy. Es extraño como esto me debilita, me absorbe  me dispersa, mucho más de lo que creí. Tal vez es porque es la primera vez. Desde hace cuatro años.

24 horas

Había estado bien hasta que escuché esa canción, ni siquiera es algo que me haya pasado recientemente,  en otros años. Jamás, nunca me pasó, pero esta canción me ha partido el alma y no entendía porqué. Algo en la letra me decía, "esta serías tú si estuvieras en una situación parecida. Siempre terminas arruinando todo" pero Si no te abrazo en 24 horas son alguien muerto.. si te demoras al decir que sí vas a volver junto a mí, será letal para mi corazón no vuelva a latir. Que hermoso y cierto, demonios. Creo que sería así, andaría pidiendo perdón mentalmente, pidiendo abrazos de días completos y vidas más largas, porque si me prometes que sí vas a volver junto a mí, será vital para mi corazón y volverá a latir. 

Llorando en su cara, esperando a volver y sin estabilidad emocional, así he querido ser siempre, al menos eso significaría ser honesta con mis sentimientos.




Poca fe


Sé que no sirve si es solo unas cuantas veces, sé que posiblemente no sirva de nada, que tengo la culpa de mi poca fe, que no merezco ser escuchada, pero espero con todo mi corazón, que si es por alguien más, suceda. Por seres que no tienen culpa, que no hacen más que dar amor y ser felices sin tratarlo. Es tan injusto ver morir a un animal, es tan triste, por favor sálvalo. Por favor. Por favor. No me des nada, no te pido nada para mí, y soy egoísta por no querer sufrir, ¿pero no es la felicidad algo que se debe sentir mientras puedas?

Días Negros

Quiero escribir como me siento, últimamente es la única forma en la que me puedo expresar bien. Del todo bien. Pensé que iba a poder manejarlo, pero siento que me estoy volviendo loca. Mi corazón duele de tanto miedo, de tanto sentir que no voy a poder hacer nada, de que voy a seguir viviendo como no quiero vivir. Me he pasado los últimos dos años estudiando para sobrevivir, pero no quiero seguir mintiendo. ¿A quién diablos se puede engañar en estos momentos? O tal vez si puedo, tal vez soy muy buena mintiendo, sonriendo siempre, comportándome como si nada pasara, como si mi vida estuviera mejorando, cuando en realidad se me está pudriendo la existencia de tantas dudas que tengo. Tengo todo menos seguridad en este momento. Y la verdad es que yo solo quería encontrar mi vocación, quería levantarme todos los días feliz de mi trabajo, de mis estudios, de mi vida, quería sentirme viva haciendo lo que amo, sin importar que tan poco importante pudiera ser para los demás, ni siquiera pensaba en enamorarme, siempre creí que eso llegaría con el tiempo. Pero ese parece ser siempre mi problema, tan insegura yo, tan temerosa de ser rechazada, de ser siempre la buena amiga, la extraña, la diferente, tan poco expresiva cuando en realidad quiero mostrarme como soy, como siempre he querido ser. ¿A quién lo podría pedir ayuda? Esto lo tengo que hacer sola, pero siento que es demasiado. Me siento sola. Sola estando en casa, sola en las calles, en un aula, en la playa, en las canciones, y en ese nuevo amor no correspondido. 


16 de Enero - Me gustas hoy

Me suelen aparecer estos sentimientos de la nada y por todo. Contradictorio como siempre en esta vida que a diario me dice que sí y que no, que niega y asiente con el corazón y el viento que me deja volar de vez en cuando, dentro de mí. La primera vez que te vi no hablamos, de verdad que tengo una brújula o sentido intuitivo muy desarrollado para notar lo nervioso que podíamos sentirnos los dos. Exagero. Me encanta admitir que me encantó y me encanta tu sonrisa, que tus ojos son los más brillantes que he visto desde aquellos atardeceres de olvido, nuevos amores, y otra vez olvido no intencional. También eres una de las pocas personas que conozco que parecen estar ebrias, estando sobrias. Eres tan divertido como eres y seguro con lo que escondes. La curiosidad de saber de ti es lo que me acerca, las bromas, el sol en cada mañana, las carreras que nos metemos, los apodos que me terminas por poner o repetir, y lo que me dirías si me abrieras tu corazón solo una vez. Me alegras tanto porque con poco he vuelto a sonreír, a sentir en el pecho eso que no tiene nombre. Escribo esto antes de que se me pierdan las palabras en la mente y en el alma, antes de que, quizás, todo termine antes de empezar y eso que no tiene nombre se aleje otra vez. Pero hoy estoy tan contenta por ti que te abrazo desde mí hasta tú y tu sonrisa linda linda que me dio más que mediodías con un calor diferente, uno que se siente bien adentro del alma y lejos, bien lejos de la realidad.